Haldor Lillenas (1885–1959)
En 1917, el joven pastor Haldor Lillenas y su esposa se estaban estableciendo en el ministerio en la Iglesia del Nazareno de Auburn, Illinois. Después de comprar una casa cerca de Oliver, tenían muy poco dinero para equiparla. Aunque los dos eran compositores de himnos, no tenían dinero para comprar un piano. Entonces Haldor encontró un «pequeño órgano ruidoso» en el hogar de un vecino y pagó cinco dólares por el. Lillenas escribió varias canciones con ese instrumento, incluyendo este himno.
Esta canción, con su melodía cadenciosa y coro climático, se hizo muy popular en las reuniones evangelísticas. El mismo Lillenas lo usó en sus cruzadas evangelísticas y otros como el famoso director de cantos Charles Alexander lo usó con frecuencia.
El mensaje de la Biblia se puede ver claramente aquí, no puedes pecar más allá de la gracia de Dios. No importa cuán grande sea tu culpa, el perdón de Dios es más grande. Alabado sea su nombre.
1 comentarios:
Hermosa historia, también deseo compartir con Uds la siguiente.
El Reverendo, Pastor Martín Luther King, dijo .
"Tengo el sueño de que mis cuatro hijos pequeños vivirán un día en una nación en la que no serán juzgados por el color de su piel, sino por la firmeza de su carácter".
Palabras finales de su discurso. Pronunciado el 28 de agosto de 1963 en Washington.
Cuando repique la libertad y la dejemos repicar en cada aldea y en cada caserío, en cada estado y en cada ciudad, podremos acelerar la llegada del día cuando todos los hijos de Dios, negros y blancos, judíos y cristianos, protestantes y católicos, puedan unir sus manos y cantar las palabras del viejo espiritual negro: “¡Libres al fin! ¡Libres al fin!
Gracias a Dios omnipotente, ¡somos libres al fin!”
El líder del Movimiento por los Derechos Civiles en Estados Unidos para los afroamericanos, condecorado con el Premio Nobel de la Paz El 14 de octubre de 1964 a los 35 años y asesinado en 1968 en Memphis, cuando se preparaba para liderar una marcha local para ayudar al sindicato de basureros negros de la ciudad. Hoy estaría muy feliz, al ver uno de los suyos en ese mismo Capitolio asume como Presidente de EEUU.
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